La separación de sus padres es uno de los
eventos más estresantes a los que se tendrán que enfrentar muchos
niños y niñas, llegando a constituir un evento tremendamente
traumático en algunos casos.
Para el niño su familia supone un entorno que le
proporciona seguridad y estabilidad y los pilares en los que se
fundamenta todo su mundo son sus padres. Por este motivo, no resulta
extraño que cuando uno de ellos abandona el hogar el pequeño o la
pequeña sienta como todo su universo se desmorona y su estabilidad
emocional comienza a tambalearse.
Es cierto que cuando una relación de pareja no
funciona de forma adecuada, el ambiente familiar que se genera, con
frecuencia resulta más perjudicial, tanto para la pareja como para
sus hijos, que la propia separación.
Por lo tanto, en los casos en los que no exista
una solución viable para resolver los problemas de pareja y se
llegue a la conclusión de que la mejor solución es la ruptura de la
pareja, resulta imprescindible tener en cuenta el papel de los hijos
en todo el proceso de separación.
Para garantizar que atraviesen por esta dolorosa
situación de mejor forma posible es recomendable seguir las
siguientes pautas:
- Preparar al niño o a la niña antes de que la separación sea efectiva: Para el pequeño será mucho más fácil de asumir si ambos padres le han explicado que existen dificultades en la relación y que es posible que uno de los dos deje de vivir en el domicilio familiar que si un día al venir del cole ve que su padre o su madre se marcha y no regresa a dormir.
- Explicarle las veces que sea necesario que la responsabilidad de la separación es de los padres. Que el NO TIENE LA CULPA. Ya que el pequeño tenderá a culpabilizarse. Sobre todo si es menor de 8 años.
- Detallar, dentro de lo posible, los cambios que se van a producir en su vida. Por ejemplo, quien va a cambiar de casa, si va a cambiar de colegio, cuando podrá mantener contacto con el padre o la madre que abandona el hogar, etc.
- Asegurarle que la separación no significa que su padre o madre vaya a dejar de quererlo o de mantener el contacto con él o ella.
- Nunca usar al niño o niña como “arma” contra el otro miembro de la pareja. Es imprescindible dejar a un lado el conflicto, el enfado y la angustia de los padres en la relación con sus hijos y no exponerlos a las disputas que puedan existir.
- Restablecer lo antes posible las rutinas del pequeño y explicarle los cambios causados por la ausencia del otro padre.
- No darle falsas esperanzas ni mentirle: “Se ha ido de viaje”, “Estamos enfadados pero pronto volveremos a vivir juntos”, etc.
- Garantizar una relación frecuente y de calidad con el miembro de la pareja que abandona el hogar.
Una separación es un evento muy doloroso para
todos los miembros de la familia. No obstante, que se convierta en un
suceso traumático en la vida de un niño depende en gran medida de
cómo actúen sus padres. Por lo tanto es muy importante actuar
siempre con prudencia y pensar como puede afectar cada acto al
pequeño.
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